Fue decir ayer que quiero llegar hasta el final de las redes de tráfico de niños con fines sexuales y llegarme el trabajo investigativo a mogollón. Anoche me tragué casi tres horas de conferencia de “El club de la profecía” del ex sacerdote católico, ex brujo satánico y ex grado 32 de la masonería, Bill Schnoebelen que me permitió colocar unas cuantas piezas del rompecabezas de las redes pederastas y el satanismo. Después de escuchar a una persona tan docta en la materia puedo afirmar con rotundidad que la una no puede existir sin la otra. El tal Bill fue uno de tantos hippies buscadores que, huyendo de la Iglesia, se unió “al lado oscuro de la fuerza”. Conoce por dentro La Iglesia de Satán de Antony Levay y opina que es “una minucia” al lado de los verdaderos y altos satanistas, que tienen que cumplir con dos condiciones previas: 1-ser sacerdote de la Iglesia católica y 2- ser un alto grado de la masonería. Schnoebelen describe los diferentes grados de la masonería y su desarrollo en el tiempo como sólo un iniciado puede hacerlo. Dice que sólo pueden acceder a estos niveles tres categorías de personas: 1-brujos negros (que era su caso), 2-linajes aristocráticos y 3-grandes financieros y personalidades famosas en diferentes ámbitos. En esos últimos grados es cuando conocen que su Dios es Lucifer y que él les puede hacer el mayor regalo, es decir, la inmortalidad. El secreto para conseguirlo es practicar sexo con niños, particularmente anal. La explicación es doble: por una parte, como intuía ayer, es de la inocencia de los niños de donde obtienen la regeneración de su energía y, por otra, según lo que conoció, insisto, dentro de la masonería, el conducto anal conecta con otras dimensiones.
Schnoebelen llega a decir que la típica representación del “Ojo de Horus” es, si me permitís el chiste, “El ojo del culo”. Ahí está el secreto de la extendida homosexualidad en todo tipo de sectas, desde la Grecia clásica, los templarios, la masonería, el protestantismo, el catolicismo y… los mormones, creación, siempre según Schnoebelen, de un brujo llamado John Smith y cuna de la pederastia en Norteamérica, en el estado de Utah, controlado por esta secta. Una información que encaja a la perfección con lo desvelado en el periódico El Jaque Mate respecto a que el famoso psicópata Charles Manson (matanza en casa de Roman Polanski) había fundado una escisión de la iglesia mormona, llamada “La Fundación”. El origen moderno de esta práctica estaría en el satanista Aleister Crowley, que tuvo una revelación con un extraterrestre y está acusado de haber asesinado a 150 niños en este tipo de ceremonias satánicas. La extensión de la pederastia entre las élites vendría a través de este mago negro aunque, a poco que miremos a la historia, nos daremos cuenta de que los sacrificios de niños han sido práctica común en casi todas las culturas. En otras palabras, que habría una continuidad en esas prácticas a través del satanismo ocultado en todas las religiones y de la cual el programa MK Ultra “Monarch” sería el último eslabón: crear autómatas-esclavos controlados mentalmente.
Todas estas informaciones encajan a la perfección con otras que he ido desvelando a lo largo de estos años, como el escándalo Larry King (Estados Unidos), asunto Dutroux (Bélgica), caso Hamilton (Escocia) o el caso Arny (Sevilla) y las niñas de Alcásser (Valencia, España), y que intentaré hilar en los próximos meses para ofrecer una fotografía comprensible de quién está al final de estas redes. Pero, básicamente, a la luz de lo que ya conozco a día de hoy, los personajes de la élite encuentran a esos niños en colegios de niños huérfanos (o católicos, en el caso de los curas) o a través de delincuentes comunes, secuestran a niños,. como ocurrió en Alcasser, Valencia, y en el caso de Ciudad Juárez, Méjico, para realizar sus rituales iniciáticos. En ambos casos, los secuestros están íntimamente relacionados con el satanismo, muy claramente en el país azteca, donde se rinde culto a la Santa Muerte.
Mi conclusión a día de hoy (a falta de conocer el contenido de una serie de vídeos en francés que no he podido entender y que os coloco más abajo, que tienen una pinta muy interesante) es que la pederastia es la base del sistema político-psicópata en el que vivimos. Sin la violación sistemática de niños, nuestros políticos, curas y obispos serían incapaces de mentir con el descaro que lo hacen; de ahí extraen su aparente inocencia. Un detalle más, por pura intuición: mirad los mofletitos sonrosados que ostentan muchos de nuestros políticos. Donde quiera que veais a un político fondón con esos mofletitos de bebé, tenéis a un pederasta. Continue reading ‘Llegando a los últimos escalones de las redes pederastas’
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